Para esta leyenda chilena nos tendremos que alejar de los mares chilenos por un momento, ya que esta historia tomo lugar en lo alto de la cordillera de los Andes, en una zona conocida por el nombre Portillo.
La leyenda cuenta que en los años prósperos del imperio Inca (antes de que llegaran los españoles) existió un valiente y bravo guerrero conocido como Llli Yupanqui.
Yupanqui lucho largas y duras batallas y siempre salió victorioso, por tal razón fue reconocido entre los “hijos del sol” pero aburrido de no tener con quien compartir sus victorias se embarcó en la tarea de buscarse una esposa.
Al poco tiempo y gracias a su fama, Yupanqui logro conocer a una hermosa joven de ojos color esmeralda y que la mayoría señalaba como la mujer más hermosa de todo el imperio Inca de ese entonces.
Yupanqui no pudo resistir los encantos de la joven así que le ofreció su corazón y le pidió matrimonio. La joven, conocida como Kora-llé acepto sin pensarlo mucho ya que ser la esposa de un gran guerrero como lo era Yupanqui era un gran honor para ella y su familia.
El mito cuenta que ambos enamorados decidieron contraer nupcias en la cumbre de las montañas y las orillas de una linda laguna. En ese entonces los incas practicaban ciertas ceremonias antes de los casamientos para que sus dioses bendijeran la unión.
Kora-llé, con el ánimo de no ofender a sus dioses, solicito a sus sirvientes que le ayudaran a descender a la laguna para llevar acabo las ceremonias correspondientes. Pero lamentablemente el camino para descender era muy estrecho y empinado. No paso mucho tiempo para que la princesa tropezara y callera desde la cima de la montaña.
El gran guerrero llora a su amada princesa
Los gritos de dolor y desesperación de Yupanqui ante la impotencia de no poder despertar su amada princesa fueron tan fuertes que muchos de los presentes no resistieron y quebraron en llanto junto al gran guerrero.
Yupanqui decidió entregarle el cuerpo de su amada a la laguna para completar las ceremonias matrimoniales que dicha princesa había comenzado. La leyenda cuenta que la laguna al recibir el cuerpo de tan hermosa dama, cambio el color de sus aguas por un color esmeralda, idéntico al color de los ojos de la joven.
En la actualidad, la laguna es conocida como Laguna del Inca y algunos cuentan que en las frías noches de invierno se pueden escuchar los desgarradores gritos del gran guerrero al ver a su amada sin un aliento de vida.
De esa forma fue como Yupanqui y Kora-llé pasaron a ser parte de los mitos y leyendas chilenas de amor.