Una de las leyendas chilenas de la zona central más famosa es La Calchona. Una criatura en forma de oveja que según cuentan una vez fue una bruja que por un accidente quedo atrapada en dicho cuerpo de oveja.
La historia comienza en una fría noche de invierno cuando una bruja que vivía felizmente con su marido y 3 hijos decidió crear unos ungüentos para poder transformar en una oveja y vagar por los bosques en las madrugadas para hacer lo quisiera.
Antes del amanecer, la bruja siempre regresaba a casa para untarse los ungüentos mágicos que había creado y así volver a su forma humana sin que su familia lo notara.
Pero una ocasión, mientras ella no estaba en casa. Sus hijos encontraron los ungüentos mágicos y decidieron probarlos por sí mismos. Inmódicamente se transformaron en pequeños terneritos y salieron corriendo hacia el bosque.
Cuando el padre de los niños se percató que estos no estaban por ninguna parte, comenzó a buscar en la habitación de su esposa, donde encontró los ungüentos. Aterrado por haber descubierto que su esposa era una bruja, tomo todos los ungüentos y los tiro al rio.
Al día siguiente, cuando la bruja regreso a su hogar descubrió que sus ungüentos ya no estaban y tampoco su familia.
La leyenda cuenta, que desde ese entonces se encuentra en búsqueda de sus ungüentos para regresar a su forma humana y por fin volver a ver a su familia.
Por eso, cuando en las noches los campesinos sienten balar una oveja que vaga sola por los campos, ellos saben que se trataría de la mítica calchona y como tradición se acostumbraría dejarle un plato con comida para que se alimente
