Cuenta la leyenda que un día, un niño de 12 años perdió su ración de carne y maíz. Llorando se dirigió hacia una laguna, de la cual surgió una joven mujer que le preguntó por qué lloraba. El niño le explicó que tenía hambre y ella le ofreció comida. Tomó su mano y lo dirigió hacia las profundidades de la laguna, de donde nunca salieron. Después de buscarlo por varios días, los padres encontraron al niño y la joven una cueva de Huayanqui.
Para quitar al niño el hechizo, el padre lo envolvió en una bufanda de lana y, después preguntarle cómo había llegado hasta ahí, el niño explicó que había caminado con la joven a través del lago hasta la cueva en busca de comida.
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