La discusión del presupuesto se trata de prioridades, y para nosotros, la educación siempre va primero. ¿Cómo es posible mejorar la calidad del sistema educativo y avanzar hacia un nuevo paradigma basado en principios de equidad, justicia educativa y libertad igual —que no es más que nivelar los puntos de partida de todos los argentinos— con menos recursos humanos y económicos? La urgencia y el futuro nos señalan las verdaderas prioridades: plan de alfabetización, evaluación para la mejora educativa con incentivos, aseguramiento de la calidad, acceso a la educación desde la primera infancia, políticas socioeducativas, educación tecnológica, transformación en formación docente, y la asignación de becas estudiantiles. Es posible cumplir con la regla fiscal sin abandonar la inversión en educación. Hay una enorme cantidad de recursos en gastos tributarios que pueden ser eliminados, y otros que el gobierno podría redistribuir, como los fondos destinados a los gastos reservados de inteligencia, para priorizar la educación. (Maxi Ferraro)