Esta idea se plasmó en la creación de uno de los primeros organismos científicos de Argentina: el Servicio Meteorológico Nacional.
En noviembre de 1870, Domingo Faustino Sarmiento escribió en una carta: “El Observatorio es esperado en la República como un hecho que marcará la época del progreso de la ciencia entre nosotros y usted está llamado a producir este hecho”.
La carta iba dirigida a Benjamín Gould, un astrónomo estadounidense que Sarmiento había conocido en un viaje a aquel país, y con quien había entablado una amistad.
Él había manifestado su interés en estudiar las estrellas australes y el cielo del hemisferio sur, del que no se sabía mucho por aquel entonces.
Ofreció a Sarmiento sus servicios científicos, a lo que el entonces presidente accedió y a poco tiempo de llegar al país, y luego de fundar en Córdoba el Observatorio Nacional Argentino, dedicado a la astronomía, Gould notó que no existían mediciones sistematizadas del clima.
No se medían las lluvias, ni las temperaturas, ni el viento y esto le llamó la atención y despertó nuevamente su curiosidad científica; así que le expresó al gobierno lo importante que sería contar con un sistema de mediciones de la atmósfera.
El proyecto se puso en marcha y con el correr de los años se fueron creando nuevos puntos de medición, en febrero de 1904 se instaló el primer observatorio meteorológico y geomagnético en Antártida, en la isla Orcadas y luego de 1900 la sede central de la oficina meteorológica se trasladó a Buenos Aires, primero en las cercanías del puerto, y luego, el 26 de julio de 1906, al predio del Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria.
Su historia, que la detallamos en el hipervínculo que esta al pie del presente es mucho más extensa, porque a medida que el cambio climático hace más frecuentes los fenómenos extremos, el rol de un servicio meteorológico resulta más importante, tanto para la prevención como para la adaptación a los nuevos escenarios, porque hacia el futuro, todas las nuevas fuentes de energía estarán asociadas al clima, la eólica, solar, hidráulica, etc.