En el vasto terreno del desarrollo personal, la claridad en los roles durante una sesión es fundamental para una guía efectiva. En este artículo, exploraremos la distinción entre paciente, cliente y consultante, destacando la importancia de cada rol y su relación con la responsabilidad y la ley del dar y tomar.
Comencemos por diferenciar al paciente, quien a menudo adopta una posición pasiva, esperando soluciones externas. En este contexto, el cliente se presenta como aquel que busca un intercambio justo. Carl Rogers, pionero en la terapia centrada en el cliente, aborda la esencia de la responsabilidad del cliente en la relación de acompañamiento. “La responsabilidad de uno mismo es la fuente de la autorregulación y el crecimiento personal”, nos recuerda Rogers.
Este intercambio justo se alinea con la ley universal del dar y tomar. Cuando el cliente busca una relación de intercambio, se establece una dinámica equitativa que respeta esta ley. En palabras de Brigitte Campetier de Ribes, experta en constelaciones familiares, “El intercambio justo es esencial para mantener el equilibrio y la armonía en cualquier relación.”
Bajo la lente de las constelaciones familiares de Hellinger, observamos la relevancia de mantener una relación de paridad. Hellinger enfatiza que, al honrar la igualdad en el intercambio, se fortalecen las conexiones y se evitan desequilibrios.
En conclusión, entender y distinguir estos roles en una sesión no solo mejora la eficacia del acompañamiento sino que también nutre la responsabilidad activa del consultante. Al buscar un intercambio justo y respetar la ley del dar y tomar, se crea un espacio propicio para el crecimiento y la transformación personal. En este viaje, recordamos las palabras sabias de Rogers: “La única persona que está educada es la que ha aprendido cómo aprender y cambiar”
Escribe: Sergio Ganza