Los negritos que vimos ayer
a la antigua ciudad colonial
hemos vuelto trayendo otra vez,
del pasado, un recuerdo leal.
Como entonces, también servicial
la visita que hacemos será
cada uno en su puesto puntual.
su deber con placer cumplirá.
El moreno criado yo fui
que a la amita su mate sirvió
y a la puerta acudió a recibir
la visita que atenta llegó.
Y en los días de misa mayor
yo la alfombra y el libro llevé
a mi amita que frente al Señor
en la iglesia rezaba con fe.
! ¡Aceitunas!! qué ricas están!
De Mendoza llegaron recién…
! Si las prueban por ellas darán
un real, diez reales también.
Soy el negro aquel fiel servidor,
que a los amos de noche alumbró
el camino a la luz del farol
y en las calles su paso guió.
Del candombe a su alegre canción
en los barrios nos vió la ciudad
infaltables en toda reunión
de San Telmo, Pilar y Monserrat.