En torno a las ruinas abandonadas por las que circulaba un antiguo tren que unía Mendoza con la ciudad de Los Andes, ha pasado de generación en generación una misteriosa historia.
En 1887 una empresa inglesa fue la encargada de iniciar las obras de este ferrocarril. En ella, sparticipó un trabajador que fue apodado como “el Futre” por los paisanos, por su forma elegante de vestir. Era inglés y llamó la atención de los habitantes y que, según esta leyenda, se convirtió en un espíritu errante.
Dice la leyenda que, en Mendoza, a principios del siglo XX, y durante la construcción del Ferrocarril Trasandino, ocurrió un hecho insólito.
Allí se pudo ver durante días a un hombre muy elegante que vestía de negro, de procedencia inglesa, encargado de hacer los pagos a los obreros. Una noche, fue asaltado y asesinado por unos maleantes de la zona.
Cuenta la narración que, desde entonces, su espíritu transita por las montañas de Mendoza y aparece en las noches preguntando por el dinero que le robaron. Después, desaparece en la oscuridad.
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