Un siglo atrás, un 14 de abril en Villa Ballester, nació un niño llamado Roberto, quien en su infancia comenzó a practicar golf con ramas de árboles y juntó pelotitas de las lagunas a cambio de monedas.
Con esfuerzo, dedicación y pasión, cultivó muchos momentos de oro a lo largo de su trayectoria, y se convirtió en uno de los deportistas más importantes del país y del mundo. Hizo de Ranelagh su casa, donde se convirtió en un vecino muy querido por su comunidad que lo vio crecer.
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