62 AÑOS DE LA
AUTONOMÍA DE BERAZATEGUI
02 DE NOVIEMBRE
APORTE DE LA SECRETARÍA DE CULTURA DE LA
MUNICIPALIDAD DE BERAZATEGUI
La autonomía de Berazategui surgió a raíz de un movimiento popular iniciado por un grupo de vecinos, con el sacerdote José Wainmaier a la cabeza.
Para ello, fue necesario que un diputado provincial presentara un proyecto de ley a la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires.
Finalmente, quien lo hizo fue Rodolfo Harsich, del Partido Radical Intransigente, trabajador de Ducilo. En noviembre de 1959 se logró la media sanción en Diputados. El 27 de octubre de 1960, día del tratamiento del proyecto en el Senado impulsado por el senador Tomero, los vecinos organizaron una gran marcha de autos, micros, camiones y motos hacia la Legislatura de La Plata.
La ley finalmente fue aprobada y entró en vigencia desde el 4 de noviembre de 1960.
La organización vecinal como gesta:
Para fines de la década del ´40, algunos barrios de Berazategui como San Salvador, San Francisco, Villa Matilde, Villa España, Villa Giambruno, Plátanos y Ranelagh, despertaban un descontento particular ante la inacción local de la intendencia quilmeña.
La desconexión en materia de transporte público, la aletargada extensión del alumbrado público y la carencia de un sistema de salud público, llevaron a que vecinos, comerciantes, sacerdotes, junto al apoyo de numerosas entidades de la zona como clubes deportivos y asociaciones varias, se auto-convocaran para revertir el retraso local. Nació entonces, el 9 de febrero de 1948, la Comisión Pro-Autonomía de Berazategui como estrategia política para alcanzar la meta de crear un nuevo municipio. Sería el presbítero católico José Wainmayer su primer presidente.
El fenómeno de organización no era extraño en el territorio: desde fines del s. XIX, la comunidad organizada supo aunar fuerzas para constituir espacios que formaron el patrimonio común a través de comisiones por bibliotecas, templos, escuelas y sociedades de fomento barrial. Esta característica, propia de un ADN local particular, tendría en la propuesta autonómica de Quilmes un bautismo de fuego al conformarse como un ambicioso proyecto colectivo, plagado de tensiones pero especialmente de esperanzas.
Durante 12 años consecutivos, la Comisión Pro-Autonomía mantuvo un espíritu multisectorial: con la voz de la población civil y el apoyo de distintos partidos políticos, establecieron el diálogo y discusión propositiva como agenda de trabajo. A través de reuniones periódicas celebradas en todas las instituciones sociales que la conformaban, dejaron asentadas en sus actas unos intensos debates como herencia de una comunidad organizada hasta el día de hoy.
La necesidad de escucha y protagonismo en la construcción de la propia historia tendría impacto en pueblos vecinos como Ensenada y Berisso que, influenciados por la dinámica berazateguense, se organizaron y obtuvieron su independencia de La Plata para 1957.
Hacia 1960, Berazategui contaba con los requisitos fundamentales para poder dar el gran paso: organización popular, territorio diverso, población en aumento, industrias, instituciones, comercios. La representación en la legislatura provincial contaba con el apoyo del diputado Rodolfo Harsich, trabajador de Ducilo S.A. y uno de los padres del proyecto autonomista. Gracias a su figura, el reclamo comunitario logró ingresar en el recinto y obtener la media sanción.
El resto de la historia aún estaba por escribirse.