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Cuenta una leyenda de los indios de Norteamérica que hace mucho, muchos años, no existía para los hombres y los animales la noche, ya que la tenían solo y exclusivamente las serpientes.
El gran jefe de las serpientes la vigilaba en su palacio sombrío, y no salía nunca por miedo a no poder defenderse de los hombres y el resto de fieras, ya que no tenía garras para defenderse ni patas para correr.
Los hombres y los animales, por su parte, apenas podían descansar, y estaban muy cansados. La luz les impedía dormir. Los animales también se despertaban en seguida por la claridad.
La petición de los hombres a las serpientes
Los hombres decidieron que no podían seguir así. Necesitaban la noche de la que disfrutaban las serpientes. Así que propusieron ir a ver al jefe de las serpientes y ofrecerle un regalo a cambio de la noche. Los mejores orfebres del grupo crearon un gracioso cascabel, dorado y resplandeciente, capaz de emitir un sonido ‘tintineante’ y juguetón.
Uno de los indios de la tribu se encaminó con el cascabel hacia el palacio de la serpiente.
– Oh, Gran Jefe de las serpientes- dijo con cautela el indio- Vengo a solicitar ayuda. Necesitamos la noche que vosotras las serpientes tenéis, porque no podemos descansar. A cambio, hemos fabricado este cascabel para ti.
El indio hizo sonar el cascabel, y a la serpiente le gustó mucho, pero dijo:
– ¿Y qué haré yo con el cascabel? No tengo manos para hacerlo sonar…
Y el indio, que era muy astuto, se acercó con cuidado y ató el cascabel al extremo de la cola de la serpiente. Ésta, al mover la cola, emitía un sonido que le gustó.
– Sí, me gusta- dijo con coquetería la serpiente- Te daré un saquito de noche para que podáis descansar unos días.
– ¿Un saquito? – respondió apenado el indio- ¡Necesitamos más! Nuestro deseo es el de poder descansar siempre, tener la misma Noche que tú. ¿No podrías compartir toda la Noche con nosotros?
La serpiente se quedó pensativa.
– Ya… pero toda la Noche entera tiene un precio… Algo que realmente necesitemos las serpientes. ¡Ya lo tengo! Lo que necesitamos es algo que nos haga menos vulnerables, más peligrosas, algo con lo que poder defendernos del resto de depredadores…
– Nosotros tenemos lo que necesitas- dijo entonces el indio- Empapamos nuestras flechas con un veneno que es capaz de matar por su contacto a otros animales.
– ¡Fantástico!- respondió entusiasmada la serpiente- Trae el veneno del que me hablas y la Noche será la misma para todos.
El indio obedeció y al rato regresó con un saco lleno de veneno. A cambio, la serpiente le ofreció un saco enorme en donde guardaba la noche.Desde entonces, todo el planeta disfruta de la oscuridad para descansar y a cambio las serpientes son portadoras de un veneno capaz de matar. Y aquellas que descienden directamente del Gran Jefe de las serpientes, emiten además el característico sonido de un cascabel cuando mueven su cola.