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MAESE PÉREZ EL ORGANISTA» de Gustavo Adolfo Bécquer

Este cuento de Navidad ocurre en Sevilla, en la Iglesia del convento de Santa Inés. Maese Pérez es el organista de la parroquia. Es ciego, pero toca como los ángeles. Su momento estelar es la misa de Nochebuena. Ese año, parece que no llegará a tiempo y hay otro organista preparado. Finalmente aparece Maese Pérez muy enfermo y se pone a tocar el órgano. Al llegar a la consagración, se oye una discordante y el órgano enmudece. El maestro ha muerto mientras tocaba, acompañado de su hija. Al año siguiente nadie quiere tocar en la misa de Nochebuena y el otro organista dice finalmente que él lo hará. Resulta magnífico y al salir el obispo lo reclama para tocar al año siguiente en la catedral. El organista le dice que sí, que no volverá a tocar ese órgano de la parroquia nunca más, porque es viejo y no suena bien.

La siguiente Nochebuena, prácticamente nadie acude al convento de Santa Inés. La hija de Maese Pérez, que ha profesado como novicia, es maestra de música y le proponen que toque ella el órgano. La joven explica a la superiora que ha visto una sombra tocando el viejo órgano con maestría sin igual. La Madre le dice que lo ha imaginado y que toque sin miedo en la misa. Cuando llega la consagración, se oye la música y un grito femenino. Es la hija de Maese Pérez que avisa de un prodigio. Tocando el órgano está su padre o el alma de su difunto padre ya que se mueven las teclas, pero no se ve a nadie. El pueblo de Sevilla y su obispo lamentaron no haber estado presentes en el prodigio y creyeron firmemente que el alma del organista estaba unida a la de su instrumento el día de Nochebuena. El concierto del otro organista en la catedral, fue un fiasco.

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