“¿Un hombre mayor… como yo, como tú, con su vida en la recta final… por qué – para qué- quiere una pareja…??
Bueno, esto me recuerda a un señor que solía frecuentar un Bar, siendo él abstemio. Así que pedía agua mineral con hielo.
¿Para qué vienes a la Cantina, su tú no bebes alcohol? – le preguntaban.
– Un Bar tiene mucho más que ofrecer, que sólo alcohol. El alcohol es sólo un lubricante social. -respondía él.
Y todo esto, porque la vida sexual entre mayores, no tiene la misma importancia que entre una pareja de jóvenes.
Y sí. Pensar que el sexo es el único motivo para casarse, es igual que pensar que ir al Bar es sólo para embriagarse.
Entonces… ¿Por qué buscar pareja…?
Porque un compañero de vida no es un complemento sexual solamente. Nuestra necesidad va más allá de lo visible y de lo sensible.
Es hallar con quien salir a caminar a un ritmo nuevo. Aprender a caminar al ritmo del otro.
Acostumbrarse a una mano nueva, y a la tibieza y la humedad de otros labios…
Ver el amanecer con la luz de unos ojos femeninos…
Disfrutar una plática intrascendente a tu medida. Alguien con quien beber despacio el Té de la mañana.
Alguien con quien sentarse a contemplar el atardecer de cada día, a quién entender entre líneas…ése lenguaje lateral y cómplice que tenemos los enamorados, y que nadie entiende, aun estando entre la gente:
Que cuando me diga ” tengo frío “…yo entienda. “_abrázame “.
Y cuando yo le diga, “ ten, tápate “, ella sepa que en realidad , le digo ” te quiero “.
Y si decidimos estar callados…aún en el silencio, podamos escuchar la misma melodía…”
AMOR ES LA CLAVE