Un mosquito pasó mucho tiempo sentado en el cuerno de un toro. Cuando llegó el momento de despegar, le preguntó al otro animal si quería que se fuera, para no molestarlo más.
El toro, fuerte y majestuoso, respondió: “No sentí tu presencia y tampoco siento tu ausencia”.
Moraleja: Hay personas a las que respondemos con total indiferencia, incluso cuando creen que se salen con la suya.