La novicia del convento está escribiendo una carta y comienza:
– Querido Monseñor…
Se da cuenta de que aquél puede malinterpretar sus palabras y vuelve a empezar.
– Excelentísimo Monseñor…
Recapacita pensando que es demasiado formal.
– Sr. Monseñor…
Este título le parece muy mundano. Sigue probando varios títulos y decide que el mejor es Don Monseñor.
Para asegurarse de no meter la pata, le pregunta a la Madre Superiora:
– ¿Madre, Monseñor se pone con Don?.
– Claro que se pone condón, sino este convento sería una guardería.
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