Esa noche ella miraba su reflejo mientras este se mecía en el agua.
Era una noche en la que ella iluminaba el lago, queriendo hundirse en él.
Ella se veía incompleta y no entendía, nunca se había visto así, siempre se sentía llena, completa y hoy su imagen era diferente.
El lago le mostrará una y otra vez su imagen incompleta, ya no era luna llena.
El lago escuchaba su pesar, simplemente era cómplice del momento y a la vez contenía cada lágrima que la luna volcaba produciendo pequeñas ondulaciones en sus aguas.
Entonces el lago habló y dijo…
Querida y amada luna:
“Si miras más allá de tu reflejo, un poco más profundo donde el agua se oscurece aún más podrás vislumbrar una pequeña luz en el fondo…
Una luz ni muy brillante ni muy opaca, ni muy fría ni muy cálida, una luz que te está abrazando y se mece y se siente que te acompaña, una luz de amor que crece, ya que su existencia y permanencia y su sentido de ser es el simple continuar de la vida y del amor y del amor y la vida y tu querida luna, estás completa.”
Autor: Ale Epelboim
𝗩𝗼𝘀 𝘀𝗼𝘀 𝗲𝗹 𝗽𝗿𝗼𝘁𝗮𝗴𝗼𝗻𝗶𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘁𝘂 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮
+𝟱𝟰 𝟵 𝟭𝟭 𝟱𝟵𝟰𝟲 𝟰𝟵𝟲𝟱