Había una lámpara que siempre iluminaba todo alrededor. Por lo tanto, pensó que era más poderosa que el mismo sol. Un día, sin embargo, vino una ráfaga de viento y su llama se apagó de inmediato.
Cuando alguien vino a apagarlo, dijo: “No te enorgullezcas, lámpara, que nadie puede apagar la luz que viene de las estrellas”.
Moraleja: No debemos dejarnos dominar por un orgullo excesivo y olvidar que también tenemos debilidades.
La historia enfatiza el valor humildad. A veces, los logros se nos pueden “subir a la cabeza” y perdemos conciencia