Un hombre camina por una playa y tropieza con una vieja lámpara, la recoge, la frota, y sale un genio.
El genio le dice:
– Ok, ok, me liberaste de la lámpara, blah, blah, blah.
Esta es la cuarta vez en el mes que lo hacen y me estoy cansando de tantos deseos, así que olvídate de los tres deseos, tú solamente tienes uno.
El hombre se sentó, pensó por un rato y dijo:
– Siempre quise ir a Hawaii, pero le tengo miedo a los aviones, nunca volé, ¿Puedes construirme un puente hasta Hawaii para que pueda llegar conduciendo?»
El genio se rio y dijo:
-Eso es imposible, piensa en la logística para hacerlo. ¿Cómo podrían las bases llegar hasta el hondo del Pacífico? piensa en los costos, cuánto acero…
No, no, tienes que pensar en otra cosa.
El hombre dijo:
– Ok, y trató de pensar en otro buen deseo. Finalmente le dijo:
– Yo me casé y divorcié cuatro veces, mis esposas siempre se quejaron de que a mí no me importaba nada, de que era un insensible, así que me gustaría:
– Entender a las mujeres
– Saber cómo se sienten
– Qué piensan cuando están en silencio
– Saber por qué lloran
– Saber realmente qué les pasa cuando ellas dicen, «nada» …
– En fin, saber cómo hacerlas felices.
Entonces el genio dijo:
– Y tú, el puente, ¿lo quieres de dos o de cuatro carriles?
ANCIANITA FOGOSA EN CONSULTA MÉDICA
Una ancianita va a consultar al Doctor para que la ayude a revivir él -a p e t i t o s e x u a l- de su marido:
– El Doctor le dice: ¿Qué tal si probamos con “-D u r o v a l-”?
– No hay caso Doctooorrr….
Mi marido no toma ni aspirinas, aunque se esté muriendo del dolor de cabeza.
– ¡No hay problema, señora, échele la pastilla en el café o la gaseosa sin que se dé cuenta y verá!!
Regrese en una semana para que me cuente como le fue.
A la semana vuelve la ancianita donde el Doctor y le comenta:
–¡Ay, Doctor!….¡FUE HORRIBLE!…¡HORRIIIIIBLEEE!, eso del “-D u r o v a l-!
– ¿Pero qué pasó?, ¿siguió mis instrucciones al pie de la letra?.
– Sí, Doctor, estábamos comiendo y le eché la pastilla en la gaseosa sin que se diera cuenta y el efecto fue, pero de inmediato….
Tiró al piso todo lo que estaba sobre la mesa
Me arraaaancó toda la ropa
Me tiró sobre la mesa
Me arrastro de caballito por debajo de las sillas
Me hizo el helicóptero
El remolino, la carretilla
El 69
El tirabuzón, en fin, me hizo él -a m o r – como nunca.
¡Pero FUE HORRIBLE, DOCTOR!… ¡HORRIBLE!
– Pero por qué mi Doña?… ¿Acaso fue malo el encuentro?
– No, Doctor, fue el mejor encuentro que hemos tenido en 50 años…
Pero dígame Usted Doctor:
¿Con qué cara regreso a comer a McDonald’s, si todo el mundo me vio…?