LITERARIAS
Había una vez una casa donde había un gato tan feroz que los ratones tenían miedo. Pasaron tanto tiempo en sus agujeros, escondidos, que estuvieron a punto de morirse de hambre.
Aprovechando una noche en que el felino caminaba por el techo, decidieron juntarse y buscar una solución al problema. El plan era simple: atar una campana alrededor del cuello del gato, para que lo escucharan cuando llegara.
A todos les encantó la idea, pero había un gran obstáculo: ninguno tuvo el coraje de acercarse al gato para ponerle el cascabel en el cuello. Y así fue como los ratones terminaron desistiendo de la idea.
Moraleja: Es más fácil decirlo que hacerlo.