1) Yo soy el buen pastor: Jesús no explota a sus ovejas, sino que está a su servicio. Da la vida por ellas, además las conoce individualmente con un conocimiento amoroso. Es comprensible lo que Jesús nos enseña aquí, porque vos y yo podemos caer en una actitud de poder o de clericalismo. Es esa actitud de que tener autoridad no implica un servicio, sino un sometimiento, y no solo en la Iglesia sino en tu casa. Hoy hay laicos que quieren tener un cargo para hacer sentir su gobierno, hasta incluso dentro de la Iglesia. Me animo a decirte que hoy hay más clericalismo en laicos que en sacerdotes.
2) Abandona y huye: Es la referencia a no asumir tu vida. Y siempre ante un problema victimizarte y hasta abandonar todo, tu vida y la vida de quienes tienes a cargo, por miedo o por que no te conviene. Cuando no te haces cargo de tu vida y no te haces cargo de la vida de los que tenés a cargo entonces significa que buscas beneficiarte de otros y hasta culpar a otros cuando las cosas se ponen mal. Aprende a andar de frente en la vida y defendé lo que tenés a cargo.
3) Dar la vida: Es lo referente a saber jugarte por lo que amas y ponerle actitud a lo que amas. Comprender que tenés una responsabilidad sobre ciertas personas, y que lo tenés que asumir con servicio y entrega. Tu tarea también es educar a quienes tenés a cargo y asumir que hay personas que te necesitan y hasta dependen de vos. Pero lo esencial es guiar y acompañar, no asfixiar y mucho menos generar dependencia. Hoy pidamos por las vocaciones sacerdotales y que muchos puedan plantearse ser buenos pastores de la vida. Algo bueno está por venir., organiza, toma el control de tu buzón