La figura del Presidente provoca enorme atracción, pero persisten dudas sobre su plan. La dolarización, no es un tema relevante
Desde una semana antes de que se desarrollara en Brasil la cumbre de ministros del G-20, que facilitó por caso la llegada al país de altos funcionarios como el número 2 del FMI, Gita Gospinath, o el secretario del Departamento de Estado, Anthony Blinken, empezaron a llegar a Buenos Aires contingentes de fondos y bancos de inversión. Su intención es conocer in situ de qué se trata y qué tan sostenible es el ajuste que lleva adelante el presidente Javier Milei.
Al menos un contingente de 30 representantes de fondos de inversión llegará al país en los próximos días de la mano de uno de los principales bancos internacionales que opera en el país y que ya recibió varios grupos.
En las entidades explican que el fenómeno, relativamente “estacional” y que suele producirse habitualmente, alcanzó este año una dimensión mucho mayor. Se reúnen con funcionarios del equipo económico, de otras áreas del Gobierno y también con empresarios y otros actores de la sociedad.
Quieren conocer de primera mano cómo es el plan del Gobierno para sacar a la Argentina de la crisis y, aunque algo fascinados por las reformas, también los números que hasta ahora muestra Milei en el plano fiscal y monetario, dudan de que la profundidad de la recesión y la magnitud del impacto social le permitan finalmente llevar a cabo la transformación prometida.
Al menos un contingente de 30 representantes de fondos de inversión llegará al país en los próximos días de la mano de uno de los principales bancos internacionales que opera en el país
Pero también les intriga la figura del Presidente y piden conocerlo en persona. Hasta el momento, al menos la mayoría de ellos, no lo ha logrado. Pero algunos sí llegaron a sentarse en la mesa con el ministro del Interior, Guillermo Francos. Son encuentros, para ellos, clave.
Es que el nivel de apoyo político y la gobernabilidad son sus mayores preocupaciones. Quienes participan de esas reuniones aseguran que los enviados indagan más por esas cuestiones que por cuándo se levanta el cepo cambiario.
“Está claro que es un tema de la agenda. Pero entienden que el cepo tiene sus tiempos y el mensaje que reciben es que no habrá apresuramientos en ese tema”, confió a Infobae uno de los anfitriones de estos grupos. También admitió que, en definitiva, los inversores no logran despejar las principales dudas que los traen hasta acá.
A saber, qué pasará con el ajuste fiscal cuando empiece a menguar el todavía alto nivel de aprobación que cosecha el Presidente y, en el plano económico, cuántas reservas podrá efectivamente acumular el Banco Central. El primero de los puntos es una incógnita para todos mientras que las noticias hasta ahora son buenas en la segunda de sus inquietudes. Pero recién van tres meses y los riesgos siguen siendo enormes.
En cualquier caso, aun cuando no despejan los mayores interrogantes, muchos de ellos se vuelven con un sentir optimista. El giro pragmático de Miel con la convocatoria al Pacto de Mayo ahuyentó algunos fantasmas y confían en que ese diálogo le ayudará a transitar el período más duro.
El giro pragmático de Miel con la convocatoria al Pacto de Mayo ahuyentó algunos fantasmas
La economía entró en una profunda recesión de una magnitud imprevista en muchos sectores productivos, pero en el Gobierno esperan que este mes se toque fondo. Desde esa perspectiva, los visitantes creen la instancia de negociación política abierta tras el discurso de Milei en el Congreso lo ayuda a ganar tiempo hasta poder mostrar resultados más concretos. Y no descartan de que en junio se empiece a notar el repunte.
Curiosamente, una de las principales promesas de campaña del Presidente, que tanto ruido generó en el mercado durante la campaña electoral, prácticamente no surge en las conversaciones. Nadie tiene en foco como un tema central, al menos de corto plazo, la iniciativa de la dolarización que cada tanto resurge en el discurso presidencial.
Acumulación de reservas
Eso es, por otra parte, lo que muestran las cotizaciones de los activos argentinos y particularmente del dólar, que en la última semana perforó los $1.000 en su versión libre. En ese frente, lo que sigue mandando es la compra de divisas que logra casi ininterrumpidamente desde que asumió la nueva gestión el Banco Central, presidida por Santiago Bausili.
El fenómeno está asentado en el denominado dólar blend, que alimenta tanto al mercado oficial como al contado con liquidación (CCL). Esa variante tiene fecha de defunción en junio, pero, hasta ese momento, el inminente ingreso en mucho mayor volumen de dólares por la cosecha gruesa promete ejercer una presión todavía más bajista.
Si, como dice Milei, el precio del dólar prenuncia la baja de los precios y la inflación, efectivamente, “se cae como un piano”, entonces tal vez sí, llegará la hora no sólo de eliminar el “dólar blend”, sino también al menos una parte del cepo. (INFOBAE – Por Virginia Porcella)