La figura de Martín Miguel Juan de Mata Güemes, trasciende a su descollante actuación militar para proyectarse histórica y culturalmente en la identidad argentina. Nacido en Salta, el 8 de febrero de 1785, inscribió su nombre en la lucha por la Independencia de Sudamérica hispana, junto a sus tropas victoriosas en numerosos combates.
Su formación castrense, su educación general y el profundo conocimiento que poseía del terreno y de la guerra irregular, lo llevaron a destacarse como conductor militar en el amplio teatro de operaciones en el que actuó. Sin embargo, su nombre trasciende a las epopeyas que protagonizó e imprime un sello indiscutido en la identidad a través del poncho salteño. Esta prenda sintetiza en su trama la gloria alcanzada por Güemes y es símbolo de entrega, sacrificio, valor, destreza, lealtad, amor al terruño y proezas.
Habitualmente, el poncho es lucido por el hombre y la mujer como parte de la indumentaria gaucha, en numerosas ocasiones y, particularmente, en los homenajes que se tributan al ilustre prócer. La vinculación de Güemes con los milicianos gauchos lo llevó a ser considerado protector de esta clase social, a la que dignificó. Frecuentemente se refería a los gauchos en sentido elogioso y afectuoso y llegó a disputar con jefes patriotas y enemigos el trato que debía dárseles. Así, a Gregorio Aráoz de Lamadrid le exigió: …que trate con la mayor consideración a mis gauchos y no dudo que lo hará así porque es mi amigo y porque obedecerá cuanto yo le mande, porque por mis gauchos quebraré con cuantos me los traten mal.
A su pariente y enemigo, Pedro Antonio de Olañeta, le escribió: Yo no tengo más que gauchos honrados y valientes. No son asesinos sino de los tiranos, que quieren esclavizarlos. Con éstos únicamente los espero a usted, a su ejército y a cuantos mande la España.
Convénzanse ustedes por la experiencia, que ya tienen, que jamás lograrán seducir, no oficiales, pero ni al más infeliz gaucho. En el magnánimo corazón de éstos no tiene acogida el interés ni otro premio que su libertad.
Cuando Güemes gobernó la Intendencia de Salta –de 1815 a 1821- adoptó medidas protectoras de relevancia a favor de los gauchos. Al respecto el Dr. Walter Neil Bühler expresa: Mientras que en Buenos Aires y otras provincias del sur de nuestro país imperaba el más absoluto desprecio por la “gente inferior” integrada mayoritariamente por la gente del campo: los gauchos; Güemes establecía una legislación protectora para quienes estaban dejando sus vidas y escaso
patrimonio en las luchas de la independencia.
Por su parte, Teresa Cadena de Hessling afirma que los gauchos de Güemes no eran una montonera de hombres sin instrucción ni disciplina sino un ejército organizado con jefes capacitados y precisas directivas. Así: La organización de las milicias de Güemes, es una obra maestra de la táctica militar donde el General adecuó los recursos de hombres y bagajes, a las necesidades circunstanciales y topografía del terreno.
El gaucho, conocedor de su medio, podía por el vuelo de las aves, por el desplazarse de los animales, por los murmullos de la selva, por la una y mil voces del monte y la montaña, descubrir si personas extrañas al medio osaban ocupar sus espacios. Cuando la voz del jefe se alzaba pidiendo su concurso para defender la Patria invadida, abandonaban sus hogares, mujeres, hijos y labores y se convertían en los magníficos centauros inmortalizados con el nombre de gauchos, que tanto sabían llevar una carga de caballería por entre el más tupido monte, como transformarse en eficiente infantería en que sus dóciles corceles servían de murallas y escudos, obrando conjuntamente con los Regimientos de línea (Infernales, Artilleros, Coraceros, Granaderos a Caballo). Vestidos con sus sombreros retobados,
sus coletos y guarda calzones de cuero y los caballos enjaezados con una especie de escudo de cuero en el pecho y los guardamontes, parecían pegazos corriendo por los campos de la Patria en pos de un ideal de libertad. Nada tenía que ver el gaucho salteño con esa especie de bandolero trashumante, denominado con el mismo nombre en el sur.
En este contexto histórico, se interpreta una nota de reciente publicación sobre poncho e identidad.
Prof. María Cristina Fernández