Esta leyenda apareció hace 20 años, cuando en el año 2000, dos agentes policiales creyeron ver en la plazoleta Antonio De La Vega en Santiago del Estero, a un ser de baja estatura muy parecido a un niño, que se le iluminaban los ojos y luego desaparecía. Algún tiempo después, otro efectivo policial, afirmó ver a esta figura petisa en la Banda Varela, Catamarca, en esta ocasión, el policía informó que este duende le había informado que era un enviado de satanás.