DE DONDE VIENE LO DEL CUCO, palabra tenebrosa que se usa para amedrentar a los niños si se portan mal.

DE DONDE VIENE LO DEL CUCO, palabra tenebrosa que se usa para amedrentar a los niños si se portan mal.

El Coco (Conocido como Coco en Portugal, España y en la mayoría de los países de América Latina; También conocido como Cuco en algunos países del Cono Sur y el caribe, Cuca en Brasil y Cucu en Paraguay) es un personaje popular caracterizado como asustador de niños, con cuya presencia se amenaza a los niños que no quieren dormir.

La costumbre otoñal e infantil de vaciar calabazas y tajar en su cáscara ojos, nariz y boca buscando una expresión severa, está lejos de ser una costumbre estadounidense importada. En Portugal, Galicia y otras partes de la península esta es una tradición ancestral que tiene raíces en el culto celta de las cabezas cortadas.

Para el nombre de este personaje y su caracterización se han sugerido muchas posibilidades, desde el latín coquus, ‘cocinero’, hasta el náhuatl kojko, ‘daño’. El coco se representa como un fantasma con una calabaza vacía, a modo de cabeza con tres agujeros, imitando los ojos y la boca. El etimólogo Joan Corominas afirma en su obra Breve diccionario etimológico de la lengua castellana que los hombres del almirante portugués Vasco de Gama llamaron así al fruto homónimo por comparación de la cáscara y sus tres agujeros con una cabeza con ojos y boca, como la del coco. Todavía hoy se llama coloquialmente coco a la cabeza, en expresiones como «comer el coco», «tener mucho coco», «estar mal del coco» o «patinarle a uno el coco».

Parece tratarse de un vocablo expresivo que ha surgido en muchas lenguas distintas de forma paralela, generalmente con el sentido de «objeto esférico». Así, en griego antiguo existe ya la voz kókkos, «grano, pepita». Son voces de formación paralela, entre otras, el italiano còcco o cucco («huevo»), el francés coque («cáscara de huevo») y castellano coca («cabeza»). En euskera existe también la palabra koko, que significa insecto, especialmente aquel negro, brillante y rechoncho.

La forma cuco, mayoritaria en Hispanoamérica, puede deberse a un cruce entre el coco europeo y alguna deidad de origen africano (el diablo bantú Kuku) o maya (el dios Kukulcan).

También se postula que es una deformación de la palabra cucurucho, que es el nombre del capirote que usaban los condenados por la inquisición en sus manifestaciones callejeras y asustaban a los niños físicamente por la forma grotesca que tiene y psicológicamente por ser personas “malas” frente a la Iglesia Católica.

Existen otras variantes: en México encontramos la forma Kukui (Zacatecas, Michoacán; también Nuevo México), escrita a veces Kookooee para acomodarse a la pronunciación inglesa. En la zona estadounidense, los chicanos emplean con frecuencia el nombre Cocoman (en paralelo al Sacoman u Hombre del saco). En Cuba, el Coco alarga su nombre en Cocorícamo. En Perú, la forma Cucufo es uno de los nombres del Diablo en persona. En España la forma “Coco” es la más usada, pero también son conocidos como asustadores el Cocón y la Cucala, así como el Coco Cirioco.

En nuestro país, se usa mucho esta canción:

“Duérmete niño, / duérmete ya, / que viene el cuco / y te comerá.”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *