La argentina se ha caracterizado por infinitos casos de corrupción que han quedado inmersos en la oscuridad del olvido. La política y la Justicia se encuentran hermanadas en hechos que acostumbran al ciudadano a tomarlo como algo normal.
Recuerdo el primer hecho que conmocionó a la comunidad, y fueron los fondos de millones de pesos pertenecientes a la provincia de Santa Cruz durante la gobernación de Néstor. Nunca se supo que sucedió con ello. Un tiempo más tarde con elecciones muy cerca, descubren a un tal Antonini Wilson con valija diplomática llena de dólares. Sólo se sabía que eran originarios de un presidente venezolano muy allegado a Kirchner. Nunca más se supo que sucedió y por qué. Algún periodismo atrevido se animó a denunciar una ruta de dinero en la que involucraba a los sureños. Aparecieron fotocopias de cuadernos, empezaron a declarar los involucrados. No nos olvidemos del Fiscal Nissman, quien se “autosuicidó” horas antes de denunciar y presentar pruebas de hechos de corrupción involucrando directamente a la abogada exitosa. Nunca se supo nada. En 2019, la Sra. Cristina visitaba Tribunales involucrada en 8 causas, antes José López escondía bolsos de dinero en un convento. Mientras tanto,era elegida Vice presidente y su hijo (quien estaría muy involucrado también) era ungido presidente del Partido Justicialista bonaerense. Todo esto sucedía mientras los barones del Conurbano aplaudían hasta recalentar sus manos y llenarlo de elogios. Los cuadernos de la vergüenza de la obra pública, los empresarios “arrepentidos” en épocas de Macri, otro que generó dudas sobre su honestidad, eran parte de la realidad argentina. Así se unen bajo las alas del kirchnerismo, los arrepentidos Sergio Massa (quien iba a poner presos a los ñoquis de la Cámpora=Kirchnerismo) y Alberto Fernández quien había defenestrado a Cristina, formando un frente político que sería a la postre quien gobernara hasta ahora. Ellos arribaron culpando de todo a Mauricio Macri quien dejó un país con la pobreza en 35,4% y la indigencia de 7,7%. El dólar valía 63,35 pesos, todo un escándalo. La semana pasada un informe del INDEC decía que Argentina alcanzó al 40,1% de pobreza y la indigencia un 9,3%. El dólar el viernes costaba 800 pesos argentinos. A todo esto, el candidato Massa ofrece salir de esta situación en donde la pobreza afectó a 18.632.582 personas y la indigencia a 4.321.272. El dato que más duele: el 56,2% de los chicos de hasta 14 años es pobre y el 13,6% es indigente. Las bombas le explotan en su cara. Pero no es el único, el gobernador Kicillof tiene sus propias granadas. Los Fondos buitres a los que involucró en la expropiación de YPF (bajo su gestión) nos costará a los argentinos 16 mil millones de dólares. Bajo su gestión, su legislatura le explota con el hecho de las tarjetas de débito de empleados (muchos de ellos nunca pisaron ni realizaron ninguna tarea) de la Legislatura. Plata de los contribuyentes, los ciudadanos honestos y trabajadores que sufren los embates de una economía errante y agobiante. Para el único gobernador exitoso kirchnerista le acaba de llegar un misil de su propia entraña. Cuando hay millones de niños con hambre, el sábado por la tarde las imágenes del Jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde -de viaje por Marbella con la modelo Sofía Clerici y a bordo de un yate de lujo- empezaron a replicarse en redes sociales, luego en portales y finalmente escalando políticamente a tres semanas de las elecciones. Hizo renunciar a su Jefe de gabinete. ¿Pero este kirchnerista de lujo, de donde sacó el dinero para pagar el viaje, los lujos, el yate, el champagne más caro, la modelo, los relojes y carteras de marca, la ropa expuesta por su compañera, etc etc?, cuando en su Declaración Jurada sólo tenía 600 mil pesos ahorrado en un banco. Mire, el 22 de octubre hay elecciones para elegir un nuevo gobierno. Parece que hay tres opciones. Ud. decide.
