LITERARIAS
La Colina del Cementerio en Gettysburg, Pensilvania, es uno de los pocos lugares del mundo en el que se dice que se pueden oler a los fantasmas. Fue el escenario de varios cruentos combates durante la Guerra Civil estadounidense. Durante mucho tiempo el hedor de los restos de los cadáveres hacían imposible transitar por el lugar y la gente se cubría la nariz con pañuelos que olían a menta o vainilla. Son muchas las personas que al acercarse a la Colina del Cementerio notan ese olor perfumado.