En 1812, ante la necesidad de organizar un cuerpo disciplinado para enfrentar a los realistas, San Martín creó el Regimiento de Granaderos a Caballo solicitando a todas las Intendencias el envío de hombres de la mayor estatura posible, fuerza, valentía y de a caballo. A San Luis se le pidieron cien, exigiendo esfuerzos para proveer lo necesario y enviarlos a la brevedad a Buenos Aires donde se les daría instrucción militar.
La orden fue de difícil cumplimiento. Don Tomás era Capitán de Voluntarios retirado, padre y tutor de once hijos menores, informó que su cuerpo era una excesiva mole que le impedía la actividad y padecía ahogos, pese a lo cual ofreció sus servicios.
Al suplicar se lo admita expresó: A todos estos gravísimos obstáculos se anteponen mis ardientes deseos de servir a mi amada Patria, aunque pierda hijos, subsistencia y la vida. Estas reflexiones me dan nuevo ánimo y se vivifica mi
espíritu lleno de entusiasmo para dar una prueba del patriotismo y la adhesión a nuestra sagrada causa que defendemos con tanto honor y por lo mismo es favorecida del cielo.
Baras ofreció trasladar los hombres a Buenos Aires con peones y caballos a su costa. Fue admitido y nombrado Comandante Militar de la marcha de los voluntarios que, además, hospedó en su casa. En setiembre de 1812 San Martín certificó la recepción de 111 reclutas de la Punta de San Luis.
A fines del mismo año se enviaron 93 más. San Luis aportó 204 hombres sobre un total de 476 que tenía la primera formación. Fue la Provincia con mayor presencia en el Regimiento de Granaderos, casi la mitad renqueños, muchos de los cuales perecieron en la lucha a partir del 3 de febrero de 1813, durante el combate de San Lorenzo.
Los puntanos se destacaron en el combate por su bravura y abnegación. Cuando San Martín recibió una descarga de fusilería que derribó su caballo, aprisionándolo, el Sargento Almada se aprestó a ultimarlo, pero Juan Bautista Baigorria, arremetió lanza en mano contra el atacante.
mientras Juan Bautista Cabral libraba a San Martín del apremio. Cabral fue herido y después de expresar “Muero contento, hemos batido al enemigo” expiró.
El protagonismo de los dos Juan Bautista en el combate de San Lorenzo tuvo distinto destino, para uno fue la gloria, para el otro la omisión. Baigorria tenía 48 años cuando se integró al Regimiento de Granaderos en el que permaneció hasta el final de la lucha por la Independencia. No recibió premio, ascenso ni distinción alguna aun cuando su valerosa acción complementó el sacrificio de Cabral.
Algunos autores lo dan por muerto en ése Combate pero en su legajo militar consta que después de San Lorenzo marchó hacia el actual Norte de la Patria, en la misma fecha en que San Martín reemplazó a Belgrano en el Ejército al Alto Perú. También consta que en 1815 estuvo en el cuartel general en Potosí. Tres años después combatía en Maipú, en el Cuerpo de Cazadores a Caballo, grupo de elite que integraba el Regimiento de Granaderos. En ésa ocasión Baigorria,
integrando una patrulla, persiguió y tomó prisionero a Francisco Casimiro Marcó del Pont, último gobernador realista de Chile, que fue encarcelado en San Luis, donde murió.
Según una biznieta del puntano, María Julia Baigorria, éste fue uno de los 60 granaderos que auxiliaron al Grl. San Martín en el cruce de la cordillera. El prócer padecía úlceras y problemas pulmonares que dificultaban su respiración en altura por lo que en varios tramos cruzó Los Andes en camilla. Cuando Baigorria regresó a su Patria tenía la cara y las manos manchadas por la pólvora y el rigor del clima. Se afincó en Bañado de Pajas, Córdoba, donde vivió humildemente
realizando artesanías en cueros que vendía en zonas aledañas y en San Juan. Murió a los 96 años.
San Luis aportó unos 3000 hombres que lucharon por la independencia en San Lorenzo, Suipacha, Tucumán, Salta, Chacabuco, Maipú, Junín, Ayacucho, Ituzaingó, Huaqui, Vilcapugio, Ayohúma, Cancha Rayada. La mayoría de los hombres sanos y fuertes de 16 a 50 años se enrolaron en el ejército, incluidos los esclavos liberados. También aportó dinero, monturas, cueros, ponchos, bayeta, cartucheras, pólvora, caballos, mulas, charqui, entre otros elementos. Al finalizar la campaña entró en período de postración.