Bernardo está agonizando y le dice jadeante a su único hijo:
– Isaac, como estoy próximo a morir, quiero que sepas que las siete casas,
los tres edificios, los treinta taxis, la fábrica de telas, las dos fincas, las ocho tiendas…
las joyas…los títulos valores…las esculturas….
– Sí, papi… ¿me los dejas?
– Te los vendo baratos… baratos…
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