Desde que comenzó la pandemia, nuestras vidas han cambiado drásticamente, y esto ha afectado profundamente nuestra manera de relacionarnos. En muchos casos, hemos perdido esa sensación de conexión y proximidad que nos hace sentir vivos.
Un ejemplo científico de esto es el conocido como el experimento de Harlow. En este experimento, se demostró que los bebés necesitan contacto físico con sus madres para sobrevivir. Los bebés que se criaron sin contacto físico se volvieron apáticos, retraídos y enfermaron, y en algunos casos, llegaron a morir. Esto demuestra claramente que la necesidad de contacto humano es algo innato en nuestra especie.
En la actualidad, podemos ver los efectos de la pandemia en nuestra forma de interactuar. En Argentina, por ejemplo, se comparte el mate con menos frecuencia y se abraza menos. Pero también hay otras consecuencias que son más difíciles de medir. Muchas personas han experimentado cambios profundos en su vida, como una mayor conciencia del valor del tiempo y de la vida en general. En algunos casos, la pandemia ha llevado a una mayor ansiedad y depresión, mientras que en otros ha sido una oportunidad para descubrir nuevas pasiones.
Desde una perspectiva biodescodificadora, la ansiedad y la depresión son estados psicobiológicos que reflejan un conflicto mental. Lao Tse dijo una vez que si estás ansioso, es porque estás en el futuro, y si estás depresivo, es porque estás en el pasado. La paz solo se gana estando en el presente.
Hay muchos estudios científicos que respaldan estas afirmaciones. Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad de Harvard encontró que las personas que están presentes en el momento tienen niveles más bajos de ansiedad y depresión. Otro estudio realizado por la Universidad de California, Berkeley, encontró que la meditación puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión.
En resumen, la pandemia ha cambiado muchas cosas en nuestra vida, y una de las más importantes es la forma en que nos relacionamos. Aunque algunos aspectos de nuestras relaciones pueden haber cambiado para siempre, todavía podemos encontrar formas de conectarnos con los demás y vivir plenamente. Debemos recordar siempre la importancia de estar en el presente, ya que es la única forma de encontrar la paz interior que tanto anhelamos.
Como dijo el filósofo Epicteto: “No es lo que sucede lo que determina el resultado, sino la manera en que reaccionas a lo que sucede”. Entonces, ¿cómo podemos reaccionar de manera positiva a la pandemia y sus consecuencias? ¿Cómo podemos aprender de esta experiencia para vivir más plenamente en el futuro? La respuesta a esta pregunta puede ser la clave para una vida más feliz y satisfactoria.
Escribe: Sergio Ganza