EL UNICORNIO DE BETELÚ

EL UNICORNIO DE BETELÚ

Los unicornios son criaturas que están presentes en una gran cantidad de mitologías y que se asocian a la virginidad y la pureza, pero dentro de la mitología y las leyendas vascas únicamente se conoce un ejemplo de leyenda en la que participen. La leyenda dicta lo siguiente.

El rey de Navarra Sancho el Magnánimo y su esposa doña Aldonza habían tenido dos hijas de gran belleza: Violante y Guiomar. Un día, llegó al castillo del rey un caballero que se enamoró de Guiomar, un amor que fue correspondido. Sin embargo, el caballero partió a la guerra y murió durante esta, algo que deprimió a la joven.

Tiempo después la reina murió, algo que dejó al rey Sancho tremendamente dolorido hasta el punto de que poco a poco empezó a enfermar de gravedad, estando cada vez más débil. Pese a que ningún médico consiguió ayudarle, un anciano indicó que la única manera para curarle era preparar una pócima que él conocía, pero que requería de un ingrediente especial: debía ser bebido a través del cuerno de un unicornio.

Afortunadamente, el anciano conocía dónde había uno: en los bosques de Betelú. Pero un unicornio es un ser de gran poder y difícil captura, que únicamente aceptaría acercarse a una doncella que no haya experimentado el amor ni las penurias de este. Las únicas que podrían conseguirlo serían pues Violante y Guiomar.

La primera se acercó decidida al bosque, pero al oir relinchar al mítico ser quedaría aterrorizada y huiría de vuelta al castillo. Guiomar entonces, dado el cada vez más peligroso estado de salud del rey, decidió ir ella a por la criatura pese a saber que su sufrimiento por el amor del caballero la ponía en peligro. Guiomar acudió con varios ballesteros al bosque, indicándoles que en caso de ataque disparan al unicornio. La mujer encontró al unicornio, pero al acercarse a este el animal la atacó y la atravesó con su cuerno, matándola en el acto antes de que los ballesteros pudieran hacer algo.

Estos llevaron el cadáver de Guiomar y el cuerno de vuelta al castillo. Pese a que el anciano pudo hacer el brebaje y consiguió que el rey se recuperara de su enfermedad, el monarca acabó falleciendo pocos después ante la muerte de su amada hija.

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