LA LAMIA ENAMORADA Y EL PASTOR

LA LAMIA ENAMORADA Y EL PASTOR

Otras de las criaturas más populares de la cultura vasca precristiana son las lamias. Si bien en otras culturas estos seres son casi vampíricos y demoníacos, las propias de la cultura vasca se diferencian a que originalmente estas criaturas eran entes semejantes a ninfas o sirenas, a menudo con características antropomórficas tales como como pies de pato o colas de pez y de carácter benevolente, pese a que pueden enfurecerse si se les roba el peine y que no son capaces de pisar tierra consagrada. Existen muchas leyendas al respecto, siendo la que aquí presentamos una leyenda centrada en el amor.

Dice la leyenda que un pastor, tras llevar a su rebaño al monte, escuchó un melodioso canto que le hizo olvidarse de sus animales para buscar a quien cantaba. Encontró en medio de un río a una hermosa joven, peinándose con un peine de oro. El pastor le pidió de inmediato matrimonio, a lo que ella accedió.

El pastor volvió al pueblo y se lo contó a su madre, quien preocupada pidió consejo. Recibió como respuesta la recomendación de que el hijo mirara a los pies de la joven antes de terminar de decidir si casarse, con el propósito de valorar si era humana o lamia. El chico volvió al monte a ver a su amada, observando sin embargo que sus pies eran palmeados y propios de un pato: era una lamia. El joven pastor volvió tristemente a casa, donde enfermó y deliró durante un tiempo con su prometida. Finalmente, murió.

La joven lamia, tras enterarse, corrió a casa de su enamorado para amortajarle con una sábana de oro y despedirse. Intentó seguir el cortejo fúnebre, pero no pudo participar en la ceremonia al no poder entrar en suelo consagrado. La muchacha lloró con tanta fuerza que terminaría por generar un manantial en el lugar donde sus lágrimas cayeron.

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