No era más que una mujer valiente de corazón bueno y de sonrisa sincera. Solo tenía un defecto, cuando amaba se entregaba por completo. Era su peor pecado o quizás lo mejor de ella, en su amor no había mentiras lo suyo era todo o nada.
Pero con las lecciones que le dio la vida terminó por encerrar al corazón donde nunca más lo volviera a sentir. Si, lo ahogó en una desilusión, pues la última vez que amó, ya no creía en palabras bonitas ya no soñaba con vida perfecta, sabía que estaba tan rota que nadie la aceptaría tal y como era.
Hoy ya no sueña con amores bonitos, y le ha hecho una coraza a su alma de niña buena. Se ha dicho a sí misma que nunca más en la vida alguien le robará suspiros y a sus noches le traerá insomnios. Y aunque lleva en su alma un amor de ojos bonitos, se ha jurado no derramar más lágrimas.
No es más que una mujer valiente, como tú o como ella, pero ha dejado de creer en cuentos de hadas a su corazón ahogó en la tristeza, y aunque pinta en su cara la mejor de las sonrisas ha decidido vivir para ella.
Anónimo