Allí pasaba las horas
sin haber naides conmigo
teniendo a Dios por testigo,
y mis pensamientos fijos
en mi mujer y mis hijos,
en mi pago y en mi amigo.
Si uno aguanta, es gaucho bruto;
si no aguanta es gaucho malo.
¡Dele azote, dele palo,
porque es lo que él necesita!
De todo el que nació gaucho
ésta es la suerte maldita.
Dende chiquito gané
la vida con mi trabajo
y aunque siempre estuve abajo
y no sé lo que es subir
también el mucho sufrir
suele cansarnos, ¡barajo!
José Hernández