La idea de un paraíso terrenal no es exclusiva de una o dos religiones sino que son compartidas por gran número de ellas, incluyendo rusos y otros eslavos.
En este sentido, una de las leyendas más conocidas es la de la isla de Buyan. Esta isla sirve de refugio al Sol y a los vientos, así como a los viajeros. Además, podemos encontrar también en esta isla las aguas curativas generadas gracias a la piedra Alaturi y a la doncella Zarya, la cual cose las heridas.
En la isla también guarda su alma Koschei el Inmortal, quién separó su alma de su cuerpo y la colocó en una aguja dentro de un huevo el cual está dentro de un plato que está dentro de un conejo, que a su vez está en un baúl que está enterrado en las reaoces de un árbol. Si alguien se hace con dicho huevo o aguja, tiene poder casi absoluto sobre el hechicero, dado que si fuera dañado Koschei moriría.