Una de las criaturas más conocidas de las leyendas rusas y eslavas es la bruja Baba Yaga, una anciana mujer (si bien otras versiones la consideran una diosa) que habita los bosques. La leyenda dice que este ser, del que se dice que se alimenta de niños, dispone de dientes de hierro con los que fácilmente puede desgarrar la carne.
Sin embargo, algunas de sus representaciones no son siempre negativas. Se dice que guarda las aguas de la vida y de la muerte, y habita en una casa la cual se desplaza con enormes piernas de pato y en cuya empalizada pueden verse numerosos cráneos humanos. También que rejuvenece cada vez que toma un té hecho con rosas azules, recompensando a quien se las trae. Se la considera la representante del límite entre la vida y la muerte.