Oficios y cartas de la época muestran que Martín Miguel de Güemes y el Coronel Manuel Eduardo Arias mantuvieron una relación amable y respetuosa. En numerosos documentos Güemes elogia a Arias, tanto en correspondencia dirigida a Arias como en correspondencia dirigida a otros Comandantes, a Manuel Belgrano y al Director Supremo de las Provincias Unidas.
El 28 de noviembre de 1817, Güemes se dirige a Arias con el trato que habitualmente le dispensaba y al día siguiente lo reprende, como se aprecia en el oficio respectivo: 22 años difundiendo la más original y la menos conocida gesta emancipadora de América
He recibido el de Ud. de 27 del presente, todo él lleno de insubordinación: impropia contestación del subalterno menos experto en el cumplimiento de su obligación, cuanto más en un jefe que debe ser el ejemplo para que sus subalternos no le falten a él. Todo jefe y oficial subalterno no sólo no debe resentirse cuando es reconvenido por sus superiores, sino que debe dar las gracias a su jefe después de ser reconvenido o castigado (esto nos manda la ordenanza que nos rige) mucho menos Ud. que ha sido reconvenido con justicia y que tiene otros motivos para tratarme con más respeto y cariño. ¿No sabe Ud. que de todos los yerros de los subalternos es responsable el jefe que los dirige, y siendo Ud. jefe de esa vanguardia quiere no ser responsable de los yerros de las divisiones que están a su cargo?
Desde hoy en adelante le prevengo que no le sirve de disculpa a ningún jefe que sus subalternos no le obedezcan, porque todo jefe debe hacerse obedecer y respetar a toda costa; lo mismo que lo he hecho yo y lo haré ínterin tenga tropas a mis órdenes, y así absténgase Ud. en lo sucesivo de pasarme oficios semejantes al que acabo de recibir, sin creer que de ningún modo dejaré de hacer respetar la autoridad con que la Nación me ha condecorado. Dios guarde a Ud. muchos años. Salta y noviembre 29 de 1817.
El 12 de diciembre del mismo año, Arias informa al Coronel Mayor D Martín Güemes, que en Maimara recibió a dos soldados del ejército del rey, que se pasaron a sus filas, con su armamento.
Se trata del arequipeño Ignacio Valencia y del salteño Juan Cantolla, quienes fueron enviados a Salta, y que Olañeta se encuentra en estado de impotencia.
En febrero de 1818 un realista informa al jefe del ejército realista que en el enfrentamiento que Olañeta tuvo con Arias se advierte el tesón de los patriotas en entretener a sus tropas y entorpecer su avance. Y expresa: La primera idea que esto manda es el fin de ocultar la debilidad de Belgrano en el Tucumán con motivo del envío de sus tropas a Córdoba y Santiago del Estero. Pero con toda nuestra situación actual no permite avanzar de las posiciones que al presente ocupan; y no dejo de estar cuidadoso de la suerte que podrá tener el Coronel Marquiegui en su expedición a Calilegua, de resultas de los avisos que el malvado Iriarte habrá comunicado de su dirección.
Se interpreta que el realista se refiere a Tomás de Iriarte, quien llegó a América enviado por España y luego se pasó al campo patriota.
En abril de 1818, Güemes expresa a Arias que aprueba las medidas adoptadas para proteger el ganado extraído de las inmediaciones del campo realista, dado el estado miserable de la Provincia. Recomienda practicar la guerra de recursos en lugares ventajosos sin exponer a la tropa. En posdata le dice “No haga V.M. caso de cuatro pícaros que por envidia quieren deslumbrar su mérito (…) siga trabajando como hasta aquí y yo aseguro a V.M. con mi vida sus
adelantamientos y su buen nombre”.
El 8 de abril de 1819, desde Tucumán, Belgrano escribe a Pueyrredón: El Gobernador Intendente de Salta con fecha 22 del próximo pasado me dice lo siguiente: ‘Son las 10 de la mañana, en cuya hora recibo el parte del capitán Giménez, datado en Guacalera el 20 del corriente, que sacado a la letra dice: Es la una de la tarde, acabo de recibir un parte verbal del comandante que el enemigo lo ha cortado y se hallan en Humahuaca. Yo tengo mi avanzada en La
Cuesta. Tengo el honor de transcribirlo a V.E. para su inteligencia y para los fines que correspondan, asegurando por una bien fundada sospecha que dicho comandante Arias nunca pudo ser cortado, y que, si no ha seguido al frente del enemigo, como se lo había prevenido, es por los motivos que oportunamente diré a V.E.’ Lo pongo en noticia de V.E. para los fines a que haya lugar. Dios guarde a V.E. muchos años. Abril 3 de 1819. Campamento general en marcha.
22 años difundiendo la más original y la menos conocida gesta emancipadora de América Homenaje permanente al Grl. Martín Miguel de Güemes
Ante este oficio, cabe preguntarse por qué Güemes sospechaba que Manuel Eduardo Arias hubiera sido cortado y que si no siguió al frente del enemigo, como le fue prevenido fue “por los motivos que oportunamente diré a V.E”. ¿Dudaba de Arias? A su vez, Belgrano ¿compartía la duda?
¿Por qué razón eleva la información “a los fines que haya lugar”?
La respuesta del Director Supremo, fechada el 8 de abril de 1819, alude a la necesidad de evitar los males que puedan amenazar con la separación del ejército auxiliar de las provincias interiores y cuya circunstancia sabrá oportunamente aprovechar el enemigo”. Luego expresa que deja a sus “conocimientos y actividad dictar todas las órdenes que contemple más eficaces para cortar, si es posible, en su raíz cualquier progreso con que pueda alentarse el enemigo escudado de la debilidad aparente en que llegue a considerar las provincias del interior”.
En oficio fechado en Jujuy el 28 de julio de 1818, Güemes llama Comandante del primer escuadrón de Güemes a Manuel Álvarez Prado. En él anuncia la salida del Tte Cnl Manuel Eduardo Arias a formar una vanguardia con la gente de Orán, San Andrés, Santa Victoria, Iruya y de la Puna, sumándose con ella en el Puesto del Marqués, Pumahuasi u otro punto inmediato al enemigo.
Luego informa que el primero y el segundo escuadrón de dragones de Güemes queda separado del mando del Tte Cnl Arias.
Con posterioridad, Arias es enviado a Tucumán. Las razones del traslado son dadas por Luis Oscar Colmenares. El autor expresa que Manuel Eduardo Arias, después de la acción de Humahuaca, acontecida en 1817, en la cual se apoderó y destruyó armamento y municiones concentradas en el lugar por La Serna, siguió actuando activamente a órdenes de Güemes, como jefe de vanguardia. Sin embargo, al finalizar el año 1819, encabezó un movimiento contra Güemes y éste lo deportó a Tucumán, donde integró el grupo antiguemista que mantuvo una férrea oposición a Güemes.
Mg. María Cristina Fernández