Literarias

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Una muerte más… ya van…

No sé cuántas este año.

Una muerte más y sin motivo

¿cómo hacer para parar tanto daño?

¿qué hacemos las mujeres

¿Para que nos maten sin motivo?

¿acaso el machismo no admite

Que, si se acabó el amor, ¿es mejor decirlo?

Si una mujer ya no te mando un gran abrazo ama

Y te mando un gran abrazo dice sus motivos

¿acaso no pueden admitirlo?

¿tienen que matar para demostrar su machismo?

Es una y son miles

Las que mueren sin motivo cada día.

Son muertas y masacradas ante sus hijos.

Estos hombres que matan ¿son hombres?

Yo me pregunto ¿con qué karma habrán nacido?

Cuando una mujer tiene un hijo en su vientre,

tiene miles de ilusiones: cómo será,

qué nombre le pondremos,

de qué color serán sus ojos,

se parecerá al padre o al abuelo…

tiene estos pensamientos y tantos más…

jamás piensa que su hijo un día

puede a una mujer, que es la madre de sus hijos

matar.

Yo no lo puedo entender… no cabe en mi cabeza

De madre que tiene hijos y criados con amor

Porque toda madre creía con amor a sus hijos

¡Qué pasa por sus cabezas cuando actúan con tanto horror!

Y no lo puedo entender…aunque abran mi cabeza

Y me digan miles de razones…no…

No lo puedo entender.

¿por qué un hombre que fue niño un día y seguro que fue dulce y tierno

¿Puede actuar, siendo hombre, con tanta maldad?

¿Qué le pasó en su vida?

Porque todos tenemos problemas, pero

No es motivo para matar.

Qué pasa por su mente, qué se quebró en su espíritu,

¿Qué lo llevó a ese extremo de querer con una vida terminar?

Por más que le dé vueltas en mi cabeza

No le encuentro a mí pregunta una respuesta.

¿Estaremos destinadas a morir todas de esta manera?

Esta mañana mi corazón tenía tanto dolor

Que tuve que escribir esto, no sé cómo llamarlo,

Si es un grito de dolor o un llamado de piedad

A los hombres que piensen antes de matar a una mujer

Que también matan a su madre, porque de alguna manera

Ella los tuvo en su seno y los trajo al mundo con dolor

Para que vivan con alegría y con amor…

No matando, sin temor a la única justicia: la de Dios.

Porque el hombre que imparte justicia, no lo tiene ¿o acaso lo olvidó?

Elizabeth Olga Charkchian Zeytuntsian

16/04/2015

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