POEMA LA VEJEZ –
La vejez se ha olvidado del olvido
Y por eso se arrima a la memoria
La vejez suele ser obligatoria
Y sin embargo es tierna como un nido
El corazón afloja su latido
Y la sangre da vueltas en su noria
De paso se entretiene con la historia
y el amor no está insomne ni dormido
Lo que falta vivir ya no encandila
No importan escaseces ni abundancias
El dios que vigilaba no vigila
los años van borrando las distancias
Y ya que la conciencia está tranquila
La vejez guarda dos o tres infancias.
Mario Benedetti
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Abajo He leído… no sé dónde,
que en el mes de… no sé cuál,
el año de… no sé cuántos,
hubo en… no sé qué ciudad
vista de… no sé qué causa
en… no sé qué tribunal,
contra… no sé qué sujetos,
por… no sé qué atrocidad.
Ello es que el proceso era
escabroso y singular,
por tratarse de asuntillos
contrarios a la moral.
Pero como en aquel pueblo
eran, y acaso aún serán,
públicas todas las vistas
según precepto legal,
no hubo medio de impedir
el que, por curiosidad,
todas las mujeres fueran
y llenaran el local.
Al verlas el presidente,
que era hombre vivo y sagaz,
dijo: «Tengo por seguro
que las damas que aquí están
no saben de qué se trata,
y es mi deber suplicar
que se retiren aquellas
que tienen honestidad».
La indirecta no hizo efecto,
pues ni una hizo el ademán
de levantarse siquiera,
y entonces, con mucha sal,
dijo el presidente: «Ujieres,
puesto que han salido ya
todas las damas honestas…
¡haced salir las demás!»
Felipe Pérez y González (1854-1910)
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